El primer paso para entender la Biblia

La Biblia es un libro increíble lleno de sabiduría, poesía, historia y enseñanzas. Contiene profecías, figuras y símbolos misteriosos, junto con genealogías largas y leyes detalladas. Pero sobre todo, la Biblia revela quién es Cristo y el propósito eterno de Dios para la humanidad.

Como cristianos, puede que sepamos que deberíamos leer la Biblia, pero nos sintamos ansiosos al respecto. Tal vez nuestros intentos previos de entenderla nos hayan desanimado, o quizás pensemos que leer y digerir un libro tan complejo e importante es una tarea abrumadora. Pero la Biblia es la Palabra de Dios escrita para nosotros. Ciertamente Él desea que leamos y entendamos este regalo que nos ha dado. Hoy echaremos un vistazo al primer paso importante para entender la Biblia.


¿Cuál es la voluntad de Dios?

Probablemente le hayamos preguntado a Dios en algún momento: “¿Cuál es Tu voluntad para mi vida?”. Tal vez hayamos deseado saber la voluntad de Dios respecto a qué deberíamos estudiar en la universidad, qué tipo de trabajo deberíamos tener o con quién nos deberíamos casar.

Es propio de la naturaleza humana estar intensamente centrados en nuestros propios asuntos y no en los asuntos de Dios. Después de todo, ya que Dios es todopoderoso y divino, ¿qué podría querer o necesitar?


¿Dónde vive Dios hoy?

 

Nuestro Dios es sumamente grande.

Uno sólo tiene que mirar las estrellas por la noche para ver lo maravilloso que Él es como Creador. Cuando vemos el universo físico, nos asombramos por Su grandeza y sabiduría. Sin embargo, aunque Su magnificencia nos llena de asombro, Dios a veces parece estar lejos de nuestro universo personal.

Como creyentes, sabemos que Dios es real, pero mientras estamos ocupados con nuestra vida diaria, pareciera como si Él estuviera muy lejos de nosotros, en lo alto de los cielos. A veces incluso cuando oramos, sentimos que Dios está fuera de nuestro alcance. En ocasiones es posible que hasta preguntemos: “Dios, ¿dónde estás?”.


¿Gusta a Dios en la Palabra?

Necesitamos comer alimento para sustentar nuestra vida física y mantenernos saludables. Pero el hecho de que tengamos que comer no significa que sea una tarea tediosa. De hecho, comer es un disfrute para nosotros, especialmente cuando la comida es sabrosa.

Asimismo, la Biblia nos dice que la Palabra de Dios nos sustenta y nos mantiene espiritualmente saludables. Pero ¿cuál es nuestro sentir en cuanto a leerla? ¿Es el tiempo que pasamos en la Palabra de Dios una obligación árida y tediosa que sentimos que tenemos que cumplir? ¿O es acaso un tiempo de disfrute y de ser nutridos? Dios desea que nuestro tiempo en Su Palabra no sea una obligación sino un deleite.


¿Qué debo hacer cuando peco después de ser salvo?

Cuando nos arrepentimos ante Dios por primera vez y recibimos a Jesucristo como nuestro Salvador, fuimos perdonados de todos nuestros pecados y la paz inundó nuestros corazones. Además, la Palabra de Dios nos asegura que nuestra salvación es para toda la eternidad y nunca puede ser anulada.

Pero, aunque somos salvos, sabemos por experiencia personal que eso no significa que somos inmunes al pecado. Todavía pecamos después de experimentar la salvación, a pesar de nuestros mejores esfuerzos. Así que, ¿qué debemos hacer cuando pecamos después de haber sido salvos? La Palabra de Dios nos dice que debemos confesar nuestros pecados al Señor.

Confesar a Dios los pecados que cometemos después de ser salvos es absolutamente crucial para nuestra vida como cristianos. En esta entrada cubriremos por qué necesitamos confesar nuestros pecados, qué significa confesar, cómo confesar y cuáles son los resultados de confesar.


¡Soy salvo! ¿Qué sucede ahora?

 
Usted no es la única persona que alguna vez se ha hecho esta pregunta. Muchos de nosotros no sabíamos qué sucedía después de recibir al Señor Jesucristo como nuestro Salvador.

Ciertamente apreciamos los pasos tremendos que Dios tomó para redimirnos e impartir Su vida eterna en nosotros a fin de que pudiéramos nacer de nuevo. Pero creer en Jesucristo es sólo el principio de nuestra vida cristiana. ¡Hay mucho más por venir! Veamos algunas de las cosas que deberían suceder después que creemos en el Señor.


Cómo mantener el gozo de nuestra salvación

 
Cuando el amor del Señor Jesús nos tocó por primera vez y nos arrepentimos y confesamos Su nombre, un gozo profundo que nunca antes habíamos conocido llenó nuestros corazones. ¡Qué gran gozo fue ser perdonados y nacer de nuevo! Dios desea que todos Sus hijos continúen regocijándose durante todas sus vidas en la salvación maravillosa que Dios efectúa. Ésta debería ser la experiencia normal de todo creyente, como vemos en 1 Pedro 1:8: “Os alegráis con gozo inefable y colmado de gloria”.

Hemos experimentado una salvación tan maravillosa y ahora tenemos acceso a todas las riquezas de Cristo. Deberíamos rebosar con gozo inefable. Pero a pesar de que nunca podremos perder nuestra salvación eterna, en ocasiones podemos perder el gozo de nuestra salvación. ¿Cómo puede suceder esto? Veamos dos posibles razones.


La clave para experimentar a Jesucristo en su vida diaria

 
El día en que somos salvos es un día maravilloso y trascendental. No obstante, después de experimentar el gozo inicial de la salvación, no es raro preguntarse cómo seguir experimentando al Señor Jesús. Usted puede hacerse preguntas como: ¿Cómo puedo conocer a Jesús personalmente? ¿Cómo puedo experimentar a Jesús en mi vida? ¿Consiste la vida cristiana en tan sólo ser perdonado y salvo del juicio de Dios?

Puede que algunos prueben diferentes maneras de experimentar a Jesús como lo experimentaron el día en que fueron salvos. Quizás estudien la Biblia, pero, aunque aprendan algo nuevo, les parecerá que el Señor está aún más lejos. Es como intentar entrar a un cuarto cerrado con la llave equivocada; necesita la llave correcta para abrir la puerta. De la misma manera, necesitamos usar la “llave” correcta para experimentar a Jesús. Así que, ¿cuál es la clave para que conozcamos a Jesús personalmente en nuestra vida diaria?


Tres problemas que sólo pueden ser resueltos por la sangre de Jesús

Anteriormente hablamos de cómo nosotros, los que creemos en Jesucristo, podemos tener la certeza plena de que verdaderamente somos salvos y de que nunca podremos perder nuestra salvación, la cual es eternamente segura.

Ya que no podemos perder nuestra salvación, puede que algunos se pregunten si esto significa que no importa cómo vivamos después de ser salvos. ¿Somos libres de hacer lo que queramos? Después de todo, nada puede cambiar nuestra salvación.

Es importante saber que ser salvos eternamente no nos da libertad  para desobedecer a Dios o pecar libremente. De hecho, cuando un creyente comete un pecado, esto resulta en tres grandes problemas que involucran a tres partidos : Dios, nosotros mismos y Satanás. Veamos ahora cuáles son estos problemas y la solución única para cada uno de ellos: la sangre de Jesús.


El peligro de pensar que puede perder su salvación

En una entrada anterior hablamos de una de las preguntas más importantes que podríamos tener como cristianos: ¿Podemos perder nuestra salvación? Vimos que la Biblia nos da la certeza clara y definitiva de que una vez que creemos en Cristo y lo recibimos como nuestro Salvador, somos eternamente salvos. No podemos perder nuestra salvación.

Pero podemos hacernos otra pregunta: ¿Es importante saber que no vamos a perder nuestra salvación?

La respuesta es sí, y en esta entrada hablaremos de por qué es importante.