Ocho versículos que muestran que Jesucristo vive en usted

 

En 2 Corintios 13:5, el apóstol Pablo les hizo una pregunta a los creyentes corintios: “¿O no os conocéis a vosotros mismos, que Jesucristo está en vosotros?” Quizás nos asombremos al escuchar la frase: “Jesucristo está en vosotros” o la hayamos leído sin prestar mucha atención a lo que significa. Sin embargo, ¿qué significa esta frase? y ¿qué importancia tiene para nuestra vida cristiana hoy día?

Pablo no hablaba de forma poética o metafóricamente al decir que “Jesucristo está en vosotros”. Él verdaderamente quiso decir que Jesucristo está literalmente y prácticamente morando en los creyentes. Muchos otros versículos en la Palabra de Dios confirman el hecho de que el Señor Jesucristo en realidad mora en Sus creyentes.

Al igual que los corintios, también es necesario que nos demos cuenta de este hecho. Cristo no está meramente fuera de nosotros, como un Ayudador cuando estemos en necesidad, sino que Él mora en nosotros, vive en nosotros y con nosotros todo el tiempo.

 

¿Cómo es posible que Cristo esté en nosotros?

Cristo es el Dios santo quien se encarnó como un hombre y nosotros somos los pecadores caídos. De modo que ¿cómo es posible que Cristo viva en nosotros? A fin de cumplir Su deseo de morar entre la humanidad, Dios tomó varios pasos tremendos. Primeramente, Dios mismo se hizo un hombre llamado Jesucristo. Este hombre, Jesús, vivió una vida humana genuina en esta tierra, pero sin pecado. En Su vivir, acciones y hablar, Jesús expresó plenamente a Dios.

Después de vivir y experimentar por treinta y tres años y medio todo lo que la vida humana ofrece, Jesús murió en la cruz por nuestro pecados. Mediante Su muerte redentora, somos perdonados de nuestros pecados y traídos de nuevo a Dios. Sin embargo, esto no lo es todo. Después de tres días Él se levantó victorioso de entre los muertos y en la resurrección el vino a ser el Espíritu vivificante. Como el Espíritu, Él está disponible a todos y puede entrar en cualquiera que cree en Él. Por consiguiente, cuando oramos para recibir al Señor Jesús, Dios de hecho viene a vivir en nosotros hoy.

 

Ocho versículos que revelan que Cristo está en nosotros

Aunque hay muchos versículos que revelan la verdad maravillosa que Cristo está en Sus creyentes, mostraremos solamente ocho de ellos aquí.

1. “Pero si Cristo está en vosotros, aunque el cuerpo está muerto a causa del pecado, el espíritu es vida a causa de la justicia”.—Romanos 8:10

Nosotros como seres humanos fuimos creados por Dios con un cuerpo externamente y con un alma y espíritu internamente. Nuestro espíritu es la parte más profunda, creada para contactar y recibir el Espíritu de Dios. Cuando recibimos a Jesús como nuestro Salvador, Él nos limpia de nuestros pecados y entra en nuestro espíritu como vida. Por lo tanto, debido a que Cristo está en nosotros, nuestro “espíritu es vida a causa de la justicia”.

 

2. “Porque el mismo Dios que dijo: De las tinieblas resplandecerá la luz, es el que resplandeció en nuestros corazones, para iluminación del conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Jesucristo. Pero tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la excelencia del poder sea de Dios, y no de nosotros”.—2 Corintios 4:6-7

El apóstol Pablo describe a los creyentes como vasos de barro que contienen “este tesoro”. ¿Cuál es este tesoro? es Jesucristo, en cuyo rostro vemos la gloria de Dios. Cristo vive en nosotros vasos de barro como un tesoro precioso, revelándonos la gloria de Dios desde nuestro interior.

 

3. “Pero cuando agradó a Dios…revelar a Su Hijo en mí”.—Gálatas 1:15-16

Quizás pensemos que este versículo debería decir: “agradó a Dios…revelar a Su Hijo a mí”. No obstante, en el idioma original griego del Nuevo Testamento, este versículo dice: “revelar a Su Hijo en mí”. El plan de Dios es revelar a Su Hijo en nosotros, esto es algo que viene desde el interior, en vez de a nosotros, que es algo que viene desde el el exterior. O si lo ponemos de otra manera, Dios nos revela a Cristo desde el interior. A aquellos que tenemos a Cristo en nosotros, Dios se complace en revelarnos más de la Persona maravillosa de Cristo.

 

4. “Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí”— Gálatas 2:20

Aquí Pablo no dijo: “vivo de una manera semejante a Cristo”, o “glorificó a Cristo por medio de mi comportamiento”. No, él dijo: “vive Cristo en mí”, diciéndonos claramente que Cristo vive en Sus creyentes. La vida cristiana no es un asunto de comportarse como Cristo, sino de permitirle a Cristo mismo vivir en nosotros y a través de nosotros.

 

5. “Hijitos míos, por quienes vuelvo a sufrir dolores de parto, hasta que Cristo sea formado en vosotros”—Gálatas 4:19

Pablo miraba a los creyentes en Galacia como sus hijos espirituales. Él había laborado para ayudarlos a recibir a Cristo como su salvación, y en este versículo, Pablo sigue laborando en ellos a fin de que el Cristo que recibieron fuese plenamente formado en ellos. Cristo vive en nosotros desde el momento que fuimos salvos, sin embargo, Su deseo es formarse en nosotros de forma definida. Día tras día necesitamos dar a Cristo la oportunidad de que se forme en nosotros. Mientras lo hacemos, Cristo podrá expresarse a Sí mismo plenamente a través de nosotros en nuestra vida diaria.

 

6. “Para que Cristo haga Su hogar en vuestros corazones por medio de la fe”.—Efesios 3:17

Cuando creímos en Cristo, el vino a vivir en nuestro espíritu que es la parte más profunda de nuestro ser. No obstante, Cristo también quiere hacer Su hogar en lo que resta de nuestro ser interno: es decir, nuestros corazones y almas. Debido a que Cristo vive en nuestro espíritu, Él llega a ser el nuevo origen de nuestra nueva vida. Sin embargo, nuestra alma—mente, emoción y voluntad—todavía tiene la oportunidad de ignorar a Cristo como nuestro nuevo origen y seguir adelante como hasta ahora lo hemos hecho. En este caso, Cristo está en nosotros, pero de forma limitada, pues solamente tiene acceso a nuestro espíritu. De modo que no puede expresarse mucho a través de nosotros. El Señor Jesús desea hacer Su hogar no solamente en nuestro espíritu, sino en todas las partes de nuestra alma.

 

7. “Cristo en vosotros, la esperanza de gloria”.—Colosenses 1:27

Este versículo muestra que Cristo está en nosotros de una forma muy específica: como nuestra esperanza de gloria. Cuando creímos en Él, Cristo vino a vivir en nuestro espíritu. Ahora Él está haciendo su hogar en nuestros corazones. En el futuro, cuando Él regrese, se extenderá a nuestro cuerpo exteriormente a fin de que la gloria de Dios pueda brillar por medio de nosotros de manera plena. El Cristo que vive en nosotros es nuestra esperanza de dicha gloria.

 

8. “Cuando venga en aquel día para ser glorificado en Sus santos y ser admirado en todos los que creyeron”.—2 Tesalonicenses 1:10

La segunda venida de Cristo será verdaderamente una maravilla. Sin embargo, según este versículo, lo más maravilloso no tendrá que ver con la aparición externa de Su venida; sino que tendrá que ver con Su gloria revelada desde el interior de Sus creyentes. El Cristo en nosotros, que vive en nosotros y se está formando en nosotros, se revelará desde nuestro interior, y hasta nuestros cuerpos se transformarán a fin de ser iguales a Él.

¡Qué gloria para Dios, una maravilla para el hombre y una vergüenza para el diablo, que las personas en esta tierra escojan recibir a Cristo y le permitan crecer y expresarse a través de ellos durante toda sus vidas!

 

Debemos ver en la Palabra de Dios que Cristo vive en nosotros

Le animamos a que profundice en estos ocho versículos y otros similares con la ayuda de las notas y referencias paralelas en el Nuevo Testamento Versión Recobro. La Palabra de Dios nos puede dar un entendimiento adecuado y sólido de esta verdad preciosa de que Cristo vive en nosotros y nos ayuda a darnos cuenta, de la misma manera que Pablo exhortó a las corintios, que Cristo está verdaderamente en nosotros. Darnos cuenta de esto, enriquecerá nuestra experiencia y disfrute diario de Cristo de forma práctica.

 


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